martes, 1 de junio de 2010

Harry Potter, una crítica al mundo

Obras infantiles como "Hansel Y Gretel" de los hermanos Grimm criticaron la desidia de la época en la educación de los hijos, haciendo una admonición de la dureza de la vida en la edad media. En mi querida "Cenicienta", de Charles Perrault, se plasma la clásica historia de la injusta opresión del proletariado, coronado por una recompensa triunfante. Mientras que "El Patito Feo" de Hans Christian Andersen sirve de parodia de la autoestima humana y el proceso de crecimiento y origen de la persona (la típica "lo que vale es lo de adentro"), en "Alicia en el País de las Maravillas", Lewis Carrol satiriza las costumbres burguesas de Londres del siglo XIX.

La lista continúa y partiendo del simple hecho de que los libros para niños son escritos -en su gran mayoría- por adultos, estos al igual que en cualquier otra clasificación han servido como pantalla que transmiten verdades, problemas sociales o quejas personales de la época. Así, al igual que cualquier libro, logran manifestar en todo sentido la voz crítica del autor, reflejando su punto de vista observador, crítico, analista y acusador, para exhibir la sociedad de su tiempo.

Harry Potter no escapa para nada de esto, ya sea calificada como una obra infantil o "neutra". Cada uno de los 7 libros refleja críticas y protestas que se disfrazan muy acertadamente como parte de la trama.

¿Dónde están tus padres?
- Están muertos - respondió en pocas palabras. No te-nía ganas de hablar de ese tema con él.
- Oh, lo siento - dijo el otro, aunque no pareció que le importara -. Pero eran de nuestra clase, ¿no?
- Eran un mago y una bruja, si es eso a lo que te refieres
- Realmente creo que no deberían dejar entrar a los otros ¿no te parece? No son como nosotros, no los educaron para conocer nuestras costumbres. (...) Yo creo que debería quedar todo en las familias de antiguos magos. Y a propósito, ¿cuál es tu apellido?

Harry Potter y la Piedra Filosofal, cap. 5, El Callejón Diagon


Esta conversación con Draco Malfoy es uno de los primeros contactos que tiene Harry -y por lo tanto, también nosotros- con personas del mundo mágico a parte de Hagrid y (vaya coincidencia) es uno de los primeros conceptos de ese nuevo mundo que decide enseñarnos la autora: hay magos de sangre limpia y se creen mejor que los que no lo son.

A partir de aquí, los principios del racismo y diferencia de clases son una constante que desencadena toda los hechos a seguir. La vemos reflejada desde un primer momento y es uno de los principales motores de la historia. En primer lugar está la diferencia de sangre: Hay una clasificación muy marcada entre aquellos que son "sangre limpia" (hijos de antiguas familias de magos), los "sangre sucia" (de padres muggles, o sea, no-magos) y todas las derivaciones y mezclas que conlleva esto. Al mismo estilo nazi, estos llevan registros muy exactos de los antecesores de cada quién para averiguar su rango de limpieza o si en algún momento de su cronología, que data de siglos y siglos, hubo algún cruce "impuro".

Y personajes como estos abundan. En primer lugar, el mismo Harry a pesar de ser -como él afirma- de padres magos, su madre fue hija de muggles, por lo que también Harry es considerado de sangre mestiza. Y si hablamos de "sangres sucias", en primer lugar está Hermione, quien a pesar de ser la bruja más inteligente de la escuela tiene que sufrir todos los años las burlas de Draco y su grupo, y más adelante la persecución, captura y encarcelamiento de la que fueron víctimas todos aquellos que no poseían la "nobleza de sangre".



Otra crítica a la que acude Rowling frecuentemente es la discriminación por clase social. No solo están los "tengo-todo-el-dinero-del-mundo-y-lo-puedo-todo" como los Malfoy, sino también aquellas familias que no poseen en absoluto medios económicos como los Weasley. En contraposición a todo esta escala, pone la cara opuesta de la moneda: los elfos domésticos, aquella raza cuya naturaleza está diseñada para servir.
Estos seres sirven incondicionalmente a una familia generación tras generación durante toda su vida, sin importar el tipo de trato -o mejor dicho, maltrato- que le den. Su mayor ambición en la vida es complacer y obedecer solo a esa familia. No poseen voluntad propia y ven como un insulto y vergüenza a aquél elemento con ideas de libertad. Usando estos seres, Rowling plantea serias cuestiones sobre la esclavitud, la injusticia, el "lavado cerebral masivo", la monopolización del poder y el servilismo.

Y si hablamos de criaturas, los elfos domésticos no son los únicos afectados. En la historia se señala un gran defecto de los magos: el de creerse superior a cualquier especie. Ya sean elfos, hombres lobo, duendes, centauros o gigantes; el común de los magos cree que quien no sea mago (o en este caso, humano) es sub-inteligente y debe atenerse a la voluntad de los hombres, sin hacer un análisis real de ellos, lo que genera disputas y alejamientos de otras razas. Los centauros, de una inteligencia superior a la humana, son por muchos considerados como bestias, y los duendes, de gran astucia y habilidad, son muchas veces engañados y usados por la comunidad mágica. Muchas otras especies solo son alejadas por considerarlas diferentes y no entender sus costumbres.

El racismo y la discriminación, en todos los sentidos, se ven presentes principalmente como críticas en la historia, así como la falta de conciencia de estos (recordemos que Hermione trató por mucho tiempo de implantar un grupo de protección a los elfos y que nadie la escuchó, la P.E.D.D.O.). Y el mismo hecho de que Lord Voldemort haya "elegido" como su enemigo mortal a Harry, se debe a que el joven mago compartía como él la sangre mezclada, naturaleza que Voldemort nunca soportó.

Y aunque esta es la queja general de la saga, no se pueden dejar de lado tantas otras como es la corrupción y el abuso del poder. Esto se ve principalmente en la quinta entrega, donde el ministerio se ve corrompido por influencias de dinero, lo que bien puede ser usado como una denuncia a muchos de los gobiernos actuales, donde se tratan de ocultar las cosas bajo cortinas de humo y falsas verdades; o la parodia que realiza a muchos "personajes tipo", exagerando defectos y actos como el fetichismo.

Ya sean útiles o no, ciertos o falsos, los libros y la influencia de la autora han servido de tribuna para plantar su opinión. Muchos quizá desconocen la acusación que ella realiza (fuera de los libros) hacia la adoración de la belleza física, renegando de prácticas como la anorexia y la superficialidad; o el hecho que ella misma haya ofrecido un rescate por la niña británica Madeleine, desaparecida en Portugal.

Voluntad de corazón o mero afán publicitario, la verdad es que esta mujer y aquellas actitudes que decida tomar son vistas como modelo para miles de niños y jóvenes en todo el mundo que la ven con admiración y que de alguna manera -esperemos- logran realizar análisis del mundo presentado en los libros que bien pueda reflejarse en el mundo real.

Harriet Potter
Blog AvadaKedavra

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