miércoles, 30 de junio de 2010

Harry Potter: ¿En papel o en la pantalla?

Cuando la Warner firmó con Rowling el contrato para llevar Harry Potter a la pantalla grande en octubre de 1998, empezaron a desatarse las notorias diferencias entre el libro y las películas. Y para quienes hemos podido compararlas, estas diferencias no son solo marcadas, sino - en algunos casos - absurdas.

Con esto no quiero decir que tenga preferencias por los libros o las películas. Cada persona tiene sus propios gustos, pero personalmente, ninguno de los 6 filmes hasta ahora estrenados han logrado colmar mis expectativas y llenarme de una emoción tan grande como aquella que sentí al leer los libros, donde cada acción es narrada palabra por palabra de una manera muy detallada. Alguien me comentó alguna vez que a través de la lectura podía sentir hasta el viento helado. Y es que si en algo ha logrado sobresalir literariamente la autora es en sus descripciones.

Aún así, son cientos las personas que prefieren las películas a los libros. En muchos casos - y este sería el lado lamentable - por lo extensa que les resulta la lectura de algunos de los tomos de la historia. Y es que a pesar de lo hipnotizante de la trama, son aún muchos (adultos y niños) cuyas habilidades literarias no han podido ser entrenadas lo suficiente como para soportar y comprender volúmenes de casi 900 páginas.

Por otro lado, está el afán marketero. Desde la intromisión de la Warner, Harry Potter® cambió totalmente y dejó de ser un pequeño nombre que asomó su cicatrizada cabeza en las librerías inglesas para convertirse en toda la fábrica de promoción y material que es hoy en día. Mientras que en Julio del 2007 se terminó de publicar el último de los volúmenes de la serie, todavía hay tiempo para disfrutar del estreno de las dos películas faltantes (El último libro hecho en dos películas), y con estos, la habitual avalancha de publicidad y merchandising a la que cada producto con el sello de la Warner nos tiene tan acostumbrados. Además que ahora tenemos en adición el increíble "Wizarding World of Harry Potter", parque temático que dará que hablar por mucho tiempo desde su apertura el 18 de Junio pasado.

Otro punto es que las películas nos presentan una versión más "light" de la historia. En cuanto a trama siempre se mantiene en las seis películas una historia "light" en donde los jugosos detalles de la trama se extraen para dejar, en muchos casos, "lo que se vería mejor en la pantalla". Así mismo la diferencia de las personalidades tan específicas de los personajes que describe Rowling, quedan reducidas en muchas ocasiones a unos cuantos minutos o frases inventadas en un guión que pretende hacernos sentir lo que 3 capítulos de un libro lograron. Esto se debe obviamente al hecho que en dos horas no se puede llegar a conocer realmente a ningún personaje, es decir, no se puede llegar a entender la complejidad que lleva a Harry a realizar determinadas acciones, o aquel pasado que explica porqué el villano de turno es realmente malo, pero ofrece el plus de ser más aceptado por aquellos sectores conservadores que se oponen a una historia de magia compleja. Y aparentemente de esto se ha valido la productora para "alivianar" el nombre del mago, pues mientras que cada tomo de los libros se va engrosando, aparentemente cada película va disminuyendo su duración, al punto que, "La Orden del Fénix", que representa el mayor y más oscuro de los volúmenes (896 páginas), se convirtió a su vez en la más corta de todas las adaptaciones anteriores, con tan solo 138 minutos, ocasionando que las escenas y sentimientos más fuertes bajen de tono.



¿Son realmente diferentes los libros de las películas? Puede que en muchas cosas haya similitude, es decir, la trama debe ser la misma en la mayoría de los casos, pero lo que cambia no solo es la cantidad del material mostrado, sino también la manera de enfocarlo. Aún cuando muchos fragmentos cuenten diálogos exactos a los del libro, otros giros de la historia son más propios de la imaginación del guionista que de la autora en sí (aún busco muchas escenas de la tercera película que no logro hallar en ningún libro, a pesar que son mi libro y película favoritos de toda la saga).

Considero que mi limitado entendimiento no me hubiera podido hacer comprender ninguna de las películas si antes no hubiera leído los libros. Y es que, analizándolas fríamente, en algunos casos, a primera vista no son más que una sucesión de acciones y personajes sin una sólida explicación que los acompañe, por lo que resulta solo una serie de aventuras, no siempre con mucho sentido común.

Algunas de las diferencias más destacadas entre los libros y las películas no son cruciales en sí para la trama (aunque sí algunas omisiones). Por ejemplo, en las primeras películas, el personaje de Neville Longbottom aparece como uno básico mientras que en los libros juega un papel secundario pero importante y presente. A medida que fue avanzando la publicación de los libros y creciendo este personaje, tuvieron que buscar formas de volver a involucrarlo con el hilo principal, haciendo que en las últimas películas cumpliera roles que en los libros jamás le pertenecieron. Sin embargo de cierta forma es importante, sea cual sea la forma, que Neville cobre protagonismo, sobretodo para la última película en donde Neville debe mostrar su verdadero Gryffindor interno.

Además, se han preocupado por embellecer la imagen de cada uno de los protagonistas. Mientras en casi todos los libros recordaban lo pequeño y delgado que es Harry, en el actor buscan crear la imagen de una especie de Adonis escolar, creándole un carácter más desenvuelto y decidido que el que muestra en los libros. Lo mismo (y hasta en mayor escala) sucede con Hermione. Poco a poco ha ido sufriendo la transformación en imagen y vestido y pocos recuerdan a la chica histérica, despeinada y en muchos casos desarreglada que se fanatiza con el estudio. Realmente es notorio como el uso de un tinte en tonos más claros ha sido la pauta de quienes ayudan, con el maquillaje y arreglos, lograr el personaje de Hermione. Sin mencionar claro los atuendos que usa, que en muchos casos son cosas que la Hermione de los libros jamás usaría.

Uno de los aspectos que podemos atribuirle a las películas es el hecho de que gracias a ellas hubieron expertos que materializaron el mundo que todos teníamos en mente, incluyendo a J.K. Rowling, y lo volvió real en las diferentes entregas cinematográficas. Y ahora no solo porque podemos admirarlas a través de una pantalla, sino porque podemos pisarlas, sentirlas, y apreciarlas en su máximo esplendor en el "Parque Temático de Harry Potter" en Orlando.

Pese a todo, no debemos ser mezquinos con el peso y la importancia que han tenido las películas en la cultura popular ya que muchos fueron introducidos a este mundo mágico a través de la pantalla grande. Cada uno tiene sus preferencias o su propia forma de interpretación y visión de la trama, y mientras se siga teniendo en claro que los actores son solo actores y los personajes, personajes, la realidad y la ficción podrán seguir marchando bien.

Harriet Potter
Blog AvadaKedavra

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sospeché que era Tania quien escribía desde que leí que el 3º eran su libro y película favoritos.
Es un buen punto, a veces la película en sí, para alguien que no ha leído los libros, se torna algo difícil de entender o, más aún, seguir -esperar año y medio para la siguiente entrega.
Respecto a lo de Hermione, uich, yo creo que Emma Watson es una buena actriz, excelente modelo, etc; pero no me gusta como Hermione por la simple razón que físicamente no se parecen. >.< No sé, me pregunto: si la Hermione del libro viera a Emma Watson interpretándola, ¿qué le diría?

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