Se puede decir que todo comenzó una noche, cuando tenía alrededor de 10 años. No podía dormir y agarré un libro en medio de la oscuridad, un libro que le habían regalado a mi primo por su cumpleaños, él no leyó y creo que nunca lo quiso leer, me lo dio a mí, ya que a mi si me gusta leer.
Nunca supe de que se trataba cuando me lo dio, y lo puse en el librero y así paso largo tiempo, hasta aquella noche que no se porque entre tantos lo abrí.
Era un libro de filos amarillos, con un lindo dibujo de un chibolo que tenía una cicatriz en la frente, estaba volando en una escoba y tenía por título: “Harry Potter y la piedra filosofal”.
Me enamore de lo intrigante de como comenzó para mí la historia, de la magia –por ese entonces Harry Potter como personaje no me caía tan mal o mejor dicho nada mal- así que yo vivía enamorada una vez mas de los personajes de los libros que leo, una vez más sumergida del todo en una historia que por ese entonces no tenia final.
Y así la magia de Harry Potter me comenzó a acompañar por la vida...
Cuando entre a secundaria, los primeros días de clases, fui con mi libro de “Animales Fantásticos y donde encontrarlos”; cuando me obligaron a ir a la catequesis (de la cual me fui mucho antes de que comenzara) fui con “Harry Potter y el Cáliz de Fuego”, hacía alguna de mis tareas de literatura del colegio con temas de Harry Potter; creo que influí en mi círculo de amigos del cole para que leyeran y llegaron a interesarse por los últimos libros; ya que eran mucho más maduros e interesantes. Yo leía todo el santo día, iba caminando al colegio leyendo “Harry Potter y el Misterio del Príncipe”, porque de un mismo libro leíamos todos, por ello apresuraba mi lectura, para poder compartir con ellos esas inquietudes e ideas que recorrían mi mente, como ¿quién era R.A.B.? y demás preguntas. Pero no sentían lo mismo que yo al leer la saga.
Me inscribí a miles de foros. Recuerdo que en el que más participe alguna vez fue en “harrymaniacos.ar” (no sé si hasta ahora exista), me conectaba puntualmente para asistir a mis clases virtuales, tenia harta a mi madre con eso. Hice muchos amigos por esa vía, pero nunca se comparará a lo que vino después.
Una amiga que conocía desde pequeña -a la cual no sé porque nunca le conté que me gustaba Harry Potter - me contó que era parte de la Orden del Sol, que se reunían los sábados en el Olivar, tenían clases, un foro, actividades. Sin pensarlo yo le dije: QUIERO IR!, y así me aventure a ir al Olivar , sin saber donde quedaba y, como muchos de los nuevos menores de edad que llegan, fui acompañada por mi mamá.
Llegue y no había reunión.
Recuerdo que estaba Hop y Sami en una de las bancas; yo que había ido súper emocionada, había tomado taxi para llegar más rápido, me peleaba con mi mamá porque la obligaba a llevarme a quien sabe donde (bueno para ella era quien sabe quiénes).
Y así fui conociendo a la Orden del Sol; seguí asistiendo a todas las reuniones; mi casa fue Ravenclaw, me inscribí a los cursos, hacia mi tarea con más entusiasmo o en vez de hacer mi tarea del colegio de verdad.
Poco a poco me di cuenta que todos en aquel inmenso parque nos olvidábamos que la gente nos miraba raro por andar con túnicas negras y varitas, nosotros estábamos en Hogwarts, estudiábamos para responder bien las preguntas de nuestros profesores, para que nuestra casa ganara más puntos…
A medida que fui "creciendo" mas allá de las reuniones en el Olivar, sentía que aparte de ser compañeros de casa, éramos amigos: Amigos como James, Sirius y Lupin; Amigos como Harry, Ron y Hermione; compartíamos nuestras expectativas sobre la saga, así como nuestras vidas, todos teníamos demasiadas cosas en común.
Cuando hubo el terremoto/súper sismo y por un momento las luces se apagaron y se prendieron y todo se puso oscuro, aunque no estuvimos todos juntos en ese momento, todos en nuestra potteresca mente pensamos que venían los dementores!, entonces pensé: "no era la única, no estoy tan loca como pensaba", y todos reíamos al darnos cuenta que pensamos lo mismo en aquel trágico momento.
Podría escribir un libro ahora que lo pienso bien; ya que hay tantas historias y cosas que hemos pasado todos juntos: cosas malas, cosas buenas, cosas increíbles y mágicas también –sobre todo mágicas- cosas que van mas allá de lo que alguna vez J.K. Rowling imagino al comenzar a escribir en aquella servilleta.
Y así encontré a un grupo mágicamente loco con los cuales compartir la magia que salió de aquella servilleta.
En la Orden del Sol están mis mejores amigos, gracias a la Orden del Sol conocía a personas únicas, en la Orden del Sol me enamore, me enamore del Olivar y de la magia que nos une a todos; Y ahora que la orden está a punto de cumplir otro año de más de vida artística me parece tan bizarro el tiempo, tan bizarro el ayer que parece que hubiera sido ayer en realidad, cuando todos jugábamos "potteradas" en el olivar o avanzábamos con cuidado de no pisarnos las túnicas al caminar por la calle…
Lorena G. Naveda
"Scence"
Alumna Ravenclaw
Nunca supe de que se trataba cuando me lo dio, y lo puse en el librero y así paso largo tiempo, hasta aquella noche que no se porque entre tantos lo abrí.
Era un libro de filos amarillos, con un lindo dibujo de un chibolo que tenía una cicatriz en la frente, estaba volando en una escoba y tenía por título: “Harry Potter y la piedra filosofal”.
Me enamore de lo intrigante de como comenzó para mí la historia, de la magia –por ese entonces Harry Potter como personaje no me caía tan mal o mejor dicho nada mal- así que yo vivía enamorada una vez mas de los personajes de los libros que leo, una vez más sumergida del todo en una historia que por ese entonces no tenia final.
Y así la magia de Harry Potter me comenzó a acompañar por la vida...
Cuando entre a secundaria, los primeros días de clases, fui con mi libro de “Animales Fantásticos y donde encontrarlos”; cuando me obligaron a ir a la catequesis (de la cual me fui mucho antes de que comenzara) fui con “Harry Potter y el Cáliz de Fuego”, hacía alguna de mis tareas de literatura del colegio con temas de Harry Potter; creo que influí en mi círculo de amigos del cole para que leyeran y llegaron a interesarse por los últimos libros; ya que eran mucho más maduros e interesantes. Yo leía todo el santo día, iba caminando al colegio leyendo “Harry Potter y el Misterio del Príncipe”, porque de un mismo libro leíamos todos, por ello apresuraba mi lectura, para poder compartir con ellos esas inquietudes e ideas que recorrían mi mente, como ¿quién era R.A.B.? y demás preguntas. Pero no sentían lo mismo que yo al leer la saga.
Me inscribí a miles de foros. Recuerdo que en el que más participe alguna vez fue en “harrymaniacos.ar” (no sé si hasta ahora exista), me conectaba puntualmente para asistir a mis clases virtuales, tenia harta a mi madre con eso. Hice muchos amigos por esa vía, pero nunca se comparará a lo que vino después.
Una amiga que conocía desde pequeña -a la cual no sé porque nunca le conté que me gustaba Harry Potter - me contó que era parte de la Orden del Sol, que se reunían los sábados en el Olivar, tenían clases, un foro, actividades. Sin pensarlo yo le dije: QUIERO IR!, y así me aventure a ir al Olivar , sin saber donde quedaba y, como muchos de los nuevos menores de edad que llegan, fui acompañada por mi mamá.
Llegue y no había reunión.
Recuerdo que estaba Hop y Sami en una de las bancas; yo que había ido súper emocionada, había tomado taxi para llegar más rápido, me peleaba con mi mamá porque la obligaba a llevarme a quien sabe donde (bueno para ella era quien sabe quiénes).
Y así fui conociendo a la Orden del Sol; seguí asistiendo a todas las reuniones; mi casa fue Ravenclaw, me inscribí a los cursos, hacia mi tarea con más entusiasmo o en vez de hacer mi tarea del colegio de verdad.
Poco a poco me di cuenta que todos en aquel inmenso parque nos olvidábamos que la gente nos miraba raro por andar con túnicas negras y varitas, nosotros estábamos en Hogwarts, estudiábamos para responder bien las preguntas de nuestros profesores, para que nuestra casa ganara más puntos…
A medida que fui "creciendo" mas allá de las reuniones en el Olivar, sentía que aparte de ser compañeros de casa, éramos amigos: Amigos como James, Sirius y Lupin; Amigos como Harry, Ron y Hermione; compartíamos nuestras expectativas sobre la saga, así como nuestras vidas, todos teníamos demasiadas cosas en común.
Cuando hubo el terremoto/súper sismo y por un momento las luces se apagaron y se prendieron y todo se puso oscuro, aunque no estuvimos todos juntos en ese momento, todos en nuestra potteresca mente pensamos que venían los dementores!, entonces pensé: "no era la única, no estoy tan loca como pensaba", y todos reíamos al darnos cuenta que pensamos lo mismo en aquel trágico momento.
Podría escribir un libro ahora que lo pienso bien; ya que hay tantas historias y cosas que hemos pasado todos juntos: cosas malas, cosas buenas, cosas increíbles y mágicas también –sobre todo mágicas- cosas que van mas allá de lo que alguna vez J.K. Rowling imagino al comenzar a escribir en aquella servilleta.
Y así encontré a un grupo mágicamente loco con los cuales compartir la magia que salió de aquella servilleta.
En la Orden del Sol están mis mejores amigos, gracias a la Orden del Sol conocía a personas únicas, en la Orden del Sol me enamore, me enamore del Olivar y de la magia que nos une a todos; Y ahora que la orden está a punto de cumplir otro año de más de vida artística me parece tan bizarro el tiempo, tan bizarro el ayer que parece que hubiera sido ayer en realidad, cuando todos jugábamos "potteradas" en el olivar o avanzábamos con cuidado de no pisarnos las túnicas al caminar por la calle…
Lorena G. Naveda
"Scence"
Alumna Ravenclaw
2 comentarios:
Casi lloro!!! te keremos Scence!
asi nos conocimos Scence? ala shet q memoria xDDD
La Orden y Raven te ama (L)
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